sábado, 7 de septiembre de 2013

El atacante nacional derramó lágrimas de hombre tras el pitazo final del cuestionado árbitro. Vargas y Reyna se acercaron a consolarlo.

Fue el más destacado de la selección peruana a lo largo del partido. Le pegaron y no le cobraron falta, pero igual la luchó todas arriba, sin importar esta desventaja. De sus pies salieron el gol que por unos minutos nos dio la esperanza.
Jefferson Farfán fue el peruano que más resaltó en el partido de anoche frente a Uruguay. Pese a que el árbitro no ayudó a cuidar al jugador más hábil. El atacante del Schalke 04 se las ingenió por crear peligro en el arco de Muslera.
Sobre los 83’ del encuentro, acarició el balón para clavarla al fondo del arco uruguayo, un golazo que sirvió para regalarnos ilusión, una ilusión que el más vio transformada en tristeza, tras el pitazo final del cuestionado Loustau.
Una vez acabado el compromiso, Farfán se tiró al campo del juego, como quien no creyendo lo que estaba pasando, el sueño del Mundial Brasil 2014 es más que difícil. Jefferson derramó lágrimas de hombre, lloró por lo sucedido, por todo el esfuerzo que dio y que no fue suficiente.
Juan Manuel Vargas y Yordy Reyna se acercaron para consolarlo y tranquilizarlo.

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