jueves, 29 de marzo de 2012

Orfeo y Eurídice

Cuenta la leyenda que, en la época en que dioses y seres fabulosos poblaban la tierra, vivía en Grecia un joven llamado Orfeo, que solía entonar hermosísimos cantos acompañado por su lira. Su música era tan hermosa que, cuando sonaba, las fieras del bosque se acercaban a lamerle los pies y hasta las turbulentas aguas de los ríos se desviaban de su cauce para poder escuchar aquellos sones maravillosos.
La música y las palabras de Orfeo eran tan conmovedoras que consiguieron paralizar las penas de los castigados a sufrir eternamente. Y lograron también ablandar el corazón de Plutón, quien por un instante sintió que sus ojos se le humedecían.
—Joven Orfeo –dijo Plutón–, hasta aquí habían llegado noticias de la excelencia de tu música; pero nunca, hasta tu llegada, se habían escuchado en este lugar sones tan turbadores como los que se desprenden de tu lira. Por eso, te concedo el don que solicitas, aunque con una condición.
—¡Oh, poderoso Plutón! –exclamó Orfeo–. Haré cualquier cosa que me pidáis con tal de recuperar a mi amadísima esposa.
—Pues bien –continuó Plutón–, tu adorada Eurídice seguirá tus pasos hasta que hayáis abandonado el reino de las tinieblas. Solo entonces podrás mirarla. Si intentas verla antes de atravesar la laguna Estigia, la perderás para siempre.
—Así se hará –aseguró el músico.
Y Orfeo inició el camino de vuelta hacia el mundo de la luz. Durante largo tiempo Orfeo caminó por sombríos senderos y oscuros caminos habitados por la penumbra. En sus oídos retumbaba el silencio. Ni el más leve ruido delataba la proximidad de su amada. Y en su cabeza resonaban las palabras de Plutón: "Si intentas verla antes de atravesar la laguna de Estigia, la perderás para siempre".
Por fin, Orfeo divisó la laguna. Allí estaba Carón con su barca, y al otro lado, la vida y la felicidad en compañía de Eurídice. ¿O acaso Eurídice no estaba allí y solo se trataba de un sueño? Orfeo dudó por un momento y, lleno de impaciencia, giró la cabeza para comprobar si Eurídice le seguía. Y en ese mismo momento vio como su amada se convertía en una columna de humo que él trató inútilmente de apresar entre sus brazos, mientras gritaba preso de la desesperación:
—¡Eurídice, Eurídice!
Orfeo lloró y suplicó perdón a los dioses por su falta de confianza, pero solo el silencio respondió a sus súplicas. Y según cuentan las leyendas, Orfeo, triste y lleno de dolor, se retiró a un monte donde pasó el resto de su vida sin más compañía que su lira y las fieras que se acercaban a escuchar los melancólicos cantos compuestos en recuerdo de su amada.
Un día en que Orfeo se encontraba en el corazón del bosque, tañendo su lira, descubrió entre las ramas de un lejano arbusto a una joven ninfa que, medio oculta, escuchaba embelesada. Orfeo dejó a un lado su lira y se acercó a contemplar a aquel ser, cuya hermosura y discreción no eran igualadas por ningún otro.
—Hermosa ninfa de los bosques –dijo Orfeo–, si mi música es de tu agrado, abandona tu escondite y acércate a escuchar lo que mi humilde lira tiene que decirte.
La joven ninfa, llamada Eurídice, dudó unos segundos, pero finalmente se acercó a Orfeo y se sentó junto a él. Entonces, Orfeo compuso para ella la más bella canción de amor que nunca se había oído en aquellos bosques. Y pocos días después se celebraba, en aquel mismo lugar, la boda de Orfeo y Eurídice.
La felicidad y el amor llenaron los días de la joven pareja. Pero los hados, que todo lo truecan, vinieron a cruzarse en su camino. Y una mañana, en que Eurídice paseaba por un verde prado, una serpiente vino a morder el delicado talón de la ninfa, depositando en él la semilla de la muerte. Así fue como Eurídice murió apenas unos meses después de haber celebrado su boda.
Al enterarse de la muerte de su amada, Orfeo cayó presa de la desesperación. Lleno de dolor decidió descender a las profundidades infernales, para suplicar que permitieran a Eurídice volver a la vida.
Aunque el camino a los infiernos era largo y estaba lleno de dificultades, Orfeo consiguió llegar hasta el borde de la laguna Estigia, cuyas aguas separan el reino de la luz del reino de las tinieblas. Allí entonó un canto tan triste y tan melodioso que conmovió al mismísimo Carón, el barquero encargado de transportar las almas de los difuntos hasta la otra orilla de la laguna.
Orfeo atravesó en la barca de Carón, las aguas que ningún ser vivo puede cruzar. Y una vez en el reino de las tinieblas, se presentó ante Plutón, dios de las profundidades infernales y acompañado de su lira, pronunció estas palabras:
–¡Oh, señor de las tinieblas! Heme aquí, en vuestros dominios, para suplicaros que resucitéis a mi esposa Eurídice y me permitáis llevarla conmigo. Yo os prometo que cuando nuestra vida termine, volveremos para siempre a este lugar.

Cuento con valores

TENACITAS EN PELIGRO
Tenacitas era un cangrejito pequeño que vivía en una playa muy bella, junto a sus papás y cuatro hermanos más, todos mayores que él.
La verdad es que Tenacitas daba un poco de trabajo no solo a sus padres, sino a sus hermanos también.
Todos estaban pendientes de él y de las cosas que hacía, pues no solo era inquieto; sino que además parecía tener una fascinación especial por el peligro.
No tenía miedo a nada. Tampoco entendía que debía ser prudente con algunas cosas. Tenacitas tenía mucho que aprender.
Cierto día, el pequeño cangrejito vio cómo unos pescadores ataban sus anzuelos a las cañas de pescar y las elevaban muy pero muy alto, para luego introducirlas al mar.
—¡Quiero volar como esas lombrices!– dijo Tenacitas a uno de sus hermanos.
—Ni lo sueñes, hermanito. Podrías desprenderte de la caña, lastimarte o peor aún, algún pez gordo te comería seguramente.
—¡Pues que me agarre si puede!– dijo nuestro amigo y salió corriendo.
En un descuido del pescador, tomó el anzuelo con su boca y lo sujetó mordiéndolo. Así se quedó durito dispuesto a hacer el vuelo de su vida.
Lo que no tuvo en cuenta, el pequeño, fue el susto del pescador cuando, en vez de una lombriz, encontró un cangrejo en su caña. El grito se escuchó hasta el balneario vecino, justo donde fue a parar Tenacitas; luego de que el pescador se repusiera del susto y lo arrojara por los aires, como a una brasa caliente.
—¡Esto es vida! ¡Estoy volando! –Gritaba de alegría, el pequeño cangrejo, sin darse cuenta que había puesto en peligro su vida.
Al regresar a su playa, sus papás y hermanos lo regañaron, pero él no dio mayor importancia.
—Sos muy imprudente, Tenacitas, algún día tendrás un serio problema– dijo su papá.
—¡Qué exagerados! Por un paseíto al balneario vecino, tanto escándalo– respondió el pequeño.
A la semana siguiente, y mientras tomaba sol con sus hermanos mayores, Tenacitas vio como unos muchachos hacían surf con unas tablas muy hermosas y a gran velocidad.
—¡Cómo me gustaría surfear a mi también!– pensó el cangrejito. No dijo nada, pues sabía que le dirían que no lo intente. Esperó a que sus hermanos hicieran su acostumbrada siesta bajo el sol, y apenas pudo, salió corriendo hacia la orilla.
Nadó como nunca antes y alcanzó al joven y a su tabla de surf. Como pudo subió a ella. Empezó a resbalarse; el joven sin darse cuenta lo pisaba a cada rato. La velocidad era más de la que nuestro amiguito había pensado. Por un momento empezó a temer, pero su amor por el peligro pudo más y empezó a disfrutar de la situación.
De repente, una ola inmensa se abalanzó sobre él y lo empujó mar adentro.
—¿Qué haces aquí, se puede saber?– preguntó una estrella de mar, poco acostumbrada a ver cangrejos por esas profundidades.
—¡Vengo de surfear! No te imaginas lo lindo que es.– Tenacitas le contó su experiencia a la estrellita, que lo escuchaba sin entender demasiado.
—No sabía que los cangrejos hacían esas cosas –comentó su nueva amiga.
—Los cangrejos comunes no, solo los que no tenemos miedo a nada.
Dicho esto, comenzó a nadar para salir a la superficie y volver a su casa. Cuando asomó sus ojitos saltones, vio a toda su familia desesperada y llamándolo a los gritos.
—¡Calma! ¿Por qué tanto griterío?– preguntó el imprudente cangrejito. –¿Es que no se puede surfear en esta playa?
—¿No te das cuenta, hijo? ¡Pensamos que te habías ahogado, que te habíamos perdido para siempre!– lloraba su mamá.
—¡No es para tanto, mami; ustedes se hacen demasiado problema, así se van a arrugar, todos, y parecerán tortugas marinas!
—No estamos para bromas, Tenacitas, lo que hiciste es muy peligroso– dijo enojado su papá.
—¡Son muy exagerados, realmente no es para tanto! Un poco de acción nunca viene mal.
Era evidente que nuestro amiguito no entendía lo que los suyos le querían decir.
A la semana siguiente, vio a una familia haciendo picnic en la arena. Había mucha comida y toda muy rica.
Esperando un descuido de sus hermanos, que tenían encomendado no dejarlo ni a sol ni a sobra, caminó hasta donde estaba la familia, el mantel en la arena y, por supuesto, la comida. Sabía que no era una buena idea, que acercarse tanto podría tener un riesgo; pero una vez más eligió ponerse en peligro.
Dispuesto a abalanzarse sobre un riquísimo queso, fue descubierto por el más chiquito de la familia, un niño al que le encantaban los animales.
—¡Miren esto, un cangrejo! ¿Me lo puedo llevar a casa, mami?– preguntó el niño, ante la sorpresa y susto de Tenacitas.
—Si lo vas a cuidar, sí– le contestó la mamá, quien no tenía idea que un cangrejo no es un animal que se pueda domesticar.
Muy feliz, el niño colocó al cangrejito dentro de un frasco, al que le agregó un poco de arena y agua, y le hizo unos agujeritos a la tapa.
Tenacitas comenzó a gritar, se dio cuenta que estaba en verdadero peligro. Supo que si salía de la playa en ese frasco, jamás volvería a ver a su familia.
Tanto gritó que finalmente sus hermanos lo escucharon. No podían creer lo que veían. Una familia se retiraba de la playa y un niño muy sonriente se llevaba a su hermanito menor en un frasco.
Decididos a rescatarlo, sus hermanos, sus papás y cuanto cangrejo andaba por la playa se lanzaron hacia la familia, quienes al ver la cantidad de cangrejos se asustaron mucho.
En el lío que se armó, el pequeño trastabilló, dejando caer el frasco que –por suerte para Tenacitas– se rompió en varios pedazos, liberándolo.
Habiendo logrado su cometido, todos los cangrejos –incluido nuestro imprudente amiguito– salieron corriendo y dejaron a la familia muy asustada, y al niño llorando por haber perdido a su nueva mascota.
Esta vez sí que Tenacitas supo lo que era el miedo. El solo hecho de pensar que no volvería a ver a su familia, le dio terror.
Abrazando a su mamá, pensó en todas las veces que le habían advertido, que tuviera cuidado; y él no había hecho caso.
Luego del episodio del frasco, Tenacitas cambió mucho; pero más aún cambió la vida de sus padres y hermanos, quienes pudieron descansar tranquilos, sabiendo que ahora el pequeño sabía cuidarse bien.
Moraleja:
Hay quienes necesitan que les pase algo realmente feo para darse cuenta de lo importante que es ser prudente.

CUENTOS DE LA IMPORTANCIA DEL AGUA

EL PRIMER VIAJE DE PUMITA
 
Pumita era una gotita de agua que vivía, junto a muchas otras gotitas, en una bonita nube en lo alto del cielo. Había llegado el primer día de clases y Pumita iba de camino a la escuela, muy contenta. Allí, junto a sus otros amiguitos aprendería multitud de cosas, que a todos serviría a lo largo de su vida. El profesor había entrado en el aula, donde estaban todos sus alumnos y empezó a pasar lista.
—Gotita Fresquita
—Presente
—Granizo Redondito
—Aquí, profesor
—Bien, sigamos. Espumita Blanquita… –nadie respondía– ¿Espumita Blanquita? ¿No ha venido?
—Pumita, el profesor te llama– le indicaba Granizo Redondito, a su amiga que parecía no haber escuchado al profesor Nieve Helada.
—Presente, lo siento profesor, es que me suelen llamar por Pumita y no me he sentido identificada, cuando me ha nombrado.
—Está bien, Pumita, pero tienes que estar más atenta.
—Sí, profesor, estaré más pendiente– Pumita hacía mucho tiempo que no escuchaba su nombre completo, pues sus padres y amigos siempre la llamaban, de forma cariñosa, como Pumita o simplemente Pumi.
El profesor Nieve Helada continuó pasando la lista, hasta que todos los alumnos fueron nombrados.
—Bien, ya que estamos todos vamos a empezar por la primera lección que se llama Nos vamos de viaje a la tierra. Primer descenso.
—¡Qué bien! ¡descenso a la tierra!– Granizo Redondito había oído hablar a los mayores sobre el descenso a la tierra, sentía admiración por aquellas gotas de agua que habían realizado el viaje y habían regresado contando historias fabulosas.
—Sí, Granizo. Vamos a hablar en qué consistirá ese viaje, vosotros aún no lo habéis hecho nunca, pero el otoño se aproxima y es hora de que vayáis conociendo los detalles del mismo– el profesor se acercó a la pizarra en dónde había escrito las palabras Primer descenso a la tierra, y comenzó a pintar un dibujo –esto que estoy dibujando es una nube, que es dónde vivimos todos nosotros ahora–. Como sabéis, vivimos en el cielo y vamos desplazándonos lentamente, junto a otras nubes. Llegado el momento, miles de gotitas de agua de esta y otras nubes bajaremos a la tierra, lo haremos por turnos, unas veces bajarán la familia de las gotitas de agua, otras la familia de los granizos y en otras ocasiones la mía, la de los copos de nieve.
—Profesor, ¿y cómo es, allí, en la tierra?– preguntó Granizo Redondito
—Pues depende del lugar al que vayas, existen lugares en la tierra que son auténticos paraísos, otros están llenos de edificios y de coches; unos lugares están limpios, pero en otros lugares…
—¿En otros lugares…? ¿Qué ocurre profesor?– Pumita había sentido la inquietud del profesor, era evidente que algo temía.
—Veréis, mis queridos alumnos, como sabéis, nosotros somos agua, constituimos la esencia de la vida en la tierra, sin nosotros sería imposible que otros seres subsistieran, pero existe un ser que parece no comprender eso.
—¿Qué ser es ese profesor?– preguntó Gotita Fresquita.
—Esos seres son los humanos.
—¿Los humanos? ¿qué son?– preguntó Pumita al profesor.
—Los humanos están constituidos, en una gran parte, por muchos de los nuestros; sin nosotros las personas no podrían vivir, por lo que nos necesitan en gran medida.
—Pero si nos necesitan tanto ¿cómo es que no comprenden nuestra importancia?– Granizo Redondito estaba asombrado con toda aquella historia.
—No lo sé, Granizo. Creo que nadie lo sabe realmente, es una paradoja, cómo siéndoles tan importante para sus vidas nos cuidan tan poco.
—Pero profesor, ¿qué es lo que hacen para que nos desatiendan de esa manera que nos cuenta?– Pumita deseaba conocer todos los detalles de la vida allá abajo en la tierra y de aquellos seres que pronto conocerían pues el otoño estaba cerca y se producirían las primeras lluvias y con ellas el descenso hacia abajo tendría lugar.
—Pues verás Pumita, nosotros bajamos a la tierra en forma de agua pura pero cuando llegamos a ellos nos mezclan con productos químicos haciendo que nos convirtamos en agua contaminada, solo una parte de los nuestros sobrevive a esa transformación.
—¿Agua contaminada? Pero ¿cómo es posible? ¿por qué?– Gotita Fresquita parecía asustada.
—No se entiende, pero eso es lo que ocurre.
—Entonces, llegamos a la tierra y gran parte de nosotros enfermamos…¡para siempre!– Granizo sentía un gran pánico.
—No Granizo, no todos nos quedamos en la tierra para siempre, como sabéis, gran parte de los nuestros regresan a las nubes. Algunos de vosotros pasaréis a formar parte de otros seres, como los humanos, ellos beben agua pero otros pasaréis a formar charcos en las ciudades que luego se evaporizaran, y otros pasaréis a formar parte de ríos y mares.
—Parece un viaje apasionante.– dijo Pumita.
—Sí… y lleno de peligros.– Granizo Redondito parecía asustado.
—No tengas miedo Granizo, nuestra existencia es motivo de alegría, sin nosotros, la vida sería difícil que continuara– el profesor Nieve Helada había dibujado en la pizarra, además de las nubes, otros dibujos, lo que parecía la tierra con sus prados y montañas en donde habitaban todo tipo de seres y había indicado mediante flechas el recorrido que tendrían que hacer las gotitas de agua desde las nubes hasta descender a la tierra para luego volver a ascender– pronto llegará el otoño y con esta nueva estación surgirán las primeras lluvias, vosotros haréis vuestro primer viaje pero no tengáis miedo, no estaréis solos, millones de otras gotitas de agua os acompañarán, a veces los viajes son más suaves y caemos con suavidad, otras veces las lluvias son más intensas y caemos en gran número y con gran brusquedad, pero nunca estaréis solos, será una experiencia apasionante.
Pumita junto a sus amigos continuaron con sus clases hasta que llegó el final de las mismas, ya poseían todo el conocimiento que requerían para emprender aquel viaje que formaba parte de un ciclo de vital importancia para que la vida llegara a todos los rincones de la Tierra.

martes, 27 de marzo de 2012

MEDIOS DE TRANSPORTE

Hoy en día, las horas puntas, tanto en la mañanas como en las tardes, nos encontramos "enfrascados" en esos interminables "tráficos"; y por si fuera poco, nos toca el transporte ya sea con chofer o cobradores abusivos o "endiablados" que juegan a las carreritas con sus compañeros... Nosotros no debemos de permitir eso... Pero también encontramos algunos pasajeros "malcriados" que se ponen a discutir por no querer dar el asiento preferencial, o que no quieren pagar lo "justo"? Encima, los escolares también sufren ya que estos vehículos no los dejan subirse para ir a sus centros de estudios... no hay que permitir estos abusos, somos mayoría (los pasajeros)... somos 20 contra 2, hay que unirnos y no permitir estos abusos.

lunes, 26 de marzo de 2012

Un nuevo día...

Qué les puedo decir??!! Vamos a ver como transcurre la semana y luego les contaré, espero estar más estable para entonces.

sábado, 24 de marzo de 2012

UN DÍA MÁS...


Hoy es un día en la cual empezamos un cambio, un cambio para mejor, cada mañana al levantarnos tenemos que mentalizarnos "hoy seré mejor que ayer", pero en la práctica no lo hacemos, por diferentes razones, a pesar que le echamos las ganas, al final nos dejamos llevar por la dejadez; y en verdad pocos son los que logran sus objetivos, unos a largo plazo y otros a corto plazo... Este día seamos más fuertes que otros días... Lo hagamos o no, la vida seguirá su curso, pero nosotros tenemos que marcar la diferencia, por nosotros, por los nuestros.

Pero pase lo que pase, siempre habrá un nuevo amanecer.

Que tengan un BUEN y MEJOR día...

jueves, 22 de marzo de 2012

Trabajar tanto... para...

Hay gente que trabaja duro, es decir, tienen turno de 12 o 14 horas, y si no es así, tienen dos y hasta tres trabajos a la vez, ¿porqué se matan tanto? Hoy en día, es necesario los gastos de primera necesidad, como vivienda, vestimenta, alimentos... sobretodo si tienen hijos.
Se supone que las personas tienen que trabajar, pero así como dedican su tiempo al trabajo, también lo deben dedicar a sus familias, a sí mismos, para distracción, para convivencia, para llevar una vida mejor y más plena, pero hay casos que incluso los domingos nos vemos obligados a trabajar, para que a los "nuestros" no les falten nada, pero en realidad sí les falta algo: ¡¡NOSOTROS!! vivimos tan metidos en nuestros trabajos que no podemos dedicarle un tiempo a nuestros hijos, padres, pareja, amigos... ya es hora de que pensemos también en las demás cosas que no impliquen trabajar. Dediquémonos un tiempo a nosotros mismos... de ahí (creo yo) que radican las enfermedades, ya que se empiezan a descuidar, en los alimentos, en el descanso mental y físico y poco a poco nuestro organismo se va debilitando... hay que evitar esto... es lo que deseo en realidad, DESCANSAR UN POCO!! Gracias por escucharme.

martes, 20 de marzo de 2012

OLAS DE SISMOS...


Últimamente estamos viviendo una ola de movimientos sísmicos a lo largo de América y Japón. En este mes se ha reportado sismos en Lima, Huánuco, Ica, Piura y en diferentes lugares del país.
Incluso el día de hoy se ha reportado un terremoto de 7.8 en la ciudad de México.
Hace poco hubo otro en Japón, ni qué hablar de América Central.
Se dice que España tendrá un movimiento similar al de estos países...
¿Cómo estaremos a fines de año? ¿Cree usted en los pronósticos Mayas?
Además, no siempre ha estado en constante cambio los continentes? hace millones de años, éramos un solo territorio, llamado Geodesia. ¿Cuánto más vamos a cambiar?...

domingo, 18 de marzo de 2012

Lágrimas...

Se han dado cuenta que cuando una persona llora y usted mismo llora... se espesa la saliva?
Se han preguntado alguna vez a qué se debe esto? Se cree que por ese medio, además de las lágrimas, se está eliminando toxinas, otros aseguran que es un trastorno que ocurre en el momento del llando... pero alguien me puede decir a ciencia cierta porqué se espesa la saliva cuando llora?

lunes, 12 de marzo de 2012

QUEMA DE LIBROS...

El almacén del Ministerio de Educación fue reducido a cenizas, junto con los millones de textos escolares que no fueron entregados y mas de 40 mil computadoras y laptops, hecho que fue ocurrido por manos ajenas a la institución... ¿Cuál habrá sido realmente la "causa" para este hecho? Se especula mucho este hecho, ya que "se dice" que fueron quemados "evidencias" que comprometen a "ciertas personas" en el ámbito político... La verdad saldrá a la luz tarde o temprano, seguiremos a la margen de estos sucesos y veremos como terminará el caso de Minedu... Hagan sus comentarios al respecto...

jueves, 8 de marzo de 2012

DIA DE LA MUJER!!!... Y EL HOMBRE?

Hoy es un día muy especial para la mujer, amiga, hija, madre... en fin, de todas las mujeres en general... pero el descontento de los varones aflora diciendo: ¿y nosotros? cuando tendremos un dia para nosotros. La verdad es que casi "todos" los viernes es su dia, despues de un partido de futbol, estan "festejando", un sabado en la noche estan "festejando", ellos son especialistas en encontrar alguna oportunidad para "festejar" algo... o que opinan ustedes, me refiero a ustedes, hombres y mujeres en general... el hombre deberia de tener un dia especial? Hay algun dia para los hombres, y si lo hay, ¿cuando es?...